¿Qué es el trastorno de ansiedad social o fobia social?
Muchas personas se ponen nerviosas o cohibidas en ocasiones, como cuando dan un discurso o se entrevistan para un nuevo trabajo. Pero el trastorno de ansiedad social, o fobia social, es más que timidez o nerviosismo ocasional. El trastorno de ansiedad social implica un miedo intenso a ciertas situaciones sociales, especialmente situaciones que no le son familiares o en las que siente que otros lo observarán o evaluarán. Estas situaciones pueden ser tan aterradoras que te pones ansioso solo de pensar en ellas o haces todo lo posible para evitarlas, interrumpiendo tu vida en el proceso.
El trastorno de ansiedad social subyacente es el miedo a ser examinado, juzgado o avergonzado en público. Puede tener miedo de que la gente piense mal de usted o de que no esté a la altura en comparación con los demás. Y aunque probablemente te des cuenta de que tus miedos a ser juzgado son al menos algo irracionales y exagerados, aún no puedes evitar sentirte ansioso. Pero no importa cuán dolorosamente tímido seas y no importa cuán malas sean las mariposas, puedes aprender a sentirte cómodo en situaciones sociales y recuperar tu vida.
¿Qué causa la ansiedad social?
Aunque puede parecer que eres el único con este problema, la ansiedad social es bastante común. Muchas personas luchan con estos miedos. Pero las situaciones que desencadenan los síntomas del trastorno de ansiedad social pueden ser diferentes.
Algunas personas experimentan ansiedad en la mayoría de las situaciones sociales. Para otros, la ansiedad está relacionada con situaciones sociales específicas, como hablar con extraños, mezclarse en fiestas o actuar frente a una audiencia. Los desencadenantes comunes de la ansiedad social incluyen:
Conocer gente nueva
haciendo una pequeña charla
Hablar en público
Actuar en el escenario
Ser el centro de atención
Ser observado mientras hace algo.
Ser objeto de burlas o críticas.
Hablar con personas “importantes” o figuras de autoridad
Ser llamado en clase
Ir a una cita
Hablando en una reunión
Usar baños públicos
Tomando exámenes
Comer o beber en público
Haciendo llamadas telefónicas
Asistir a fiestas u otras reuniones sociales
Signos y síntomas del trastorno de ansiedad social
El hecho de que ocasionalmente se ponga nervioso en situaciones sociales no significa que tenga un trastorno de ansiedad social o fobia social. Muchas personas se sienten tímidas o cohibidas en ocasiones, pero eso no interfiere en su funcionamiento diario. El trastorno de ansiedad social, por otro lado, interfiere con su rutina normal y causa una angustia tremenda.
Por ejemplo, es perfectamente normal sentirse nervioso antes de dar un discurso. Pero si tiene ansiedad social, es posible que se preocupe durante semanas antes de tiempo, que se asegure de que está enfermo para salir de ella o que comience a temblar tanto durante el discurso que casi no puede hablar.
Signos y síntomas emocionales del trastorno de ansiedad social:
Excesiva autoconciencia y ansiedad en situaciones sociales cotidianas.
Preocupación intensa durante días, semanas o incluso meses antes de una próxima situación social
Miedo extremo a ser observado o juzgado por otros, especialmente por personas que no conoce
Miedo de actuar de manera que lo avergüence o lo humille
Miedo a que los demás noten que estás nervioso
Signos y síntomas físicos:
Cara roja o sonrojada
Dificultad para respirar
Malestar estomacal, náuseas (es decir, mariposas)
Temblores o sacudidas (incluida la voz temblorosa)
Corazón acelerado u opresión en el pecho
Sudoración o sofocos
Sensación de mareo o desmayo
Signos y síntomas conductuales:
Evitar situaciones sociales en un grado que limite sus actividades o interrumpa su vida.
Permanecer callado o esconderse en un segundo plano para escapar de la atención y la vergüenza.
La necesidad de llevar siempre un amigo contigo dondequiera que vayas
Beber antes de situaciones sociales para calmar los nervios.
Trastorno de ansiedad social en niños
No hay nada anormal en que un niño sea tímido, pero los niños con trastorno de ansiedad social experimentan una angustia extrema en situaciones cotidianas como jugar con otros niños, leer en clase, hablar con adultos o hacer exámenes. A menudo, los niños con fobia social ni siquiera quieren ir a la escuela.